jueves, 22 de octubre de 2009

EL ALA ROJA

FUNDACIÓN PARTE I

Thrall ponía todo su interés en los mapas que sus oficiales le estaban mostrando, pero su pensamiento y su corazón vagaban por aquellos días en los que reunió a la horda para volver a la batalla, en aquellos tiempos las responsabilidades eran menores y los placeres muchos. Algo delante de él le movió levantar la vista de los mapas...

-Entonces Lord Thrall, ¿Qué pensáis hacer?-
El caudillo orco no hizo caso y siguió mirando la nada, entornó los ojos y le pareció distinguir una fina silueta durante un instante, pero enseguida la perdió de vista...



-¿Hay alguien mas aquí!- Alertó el caudillo, todos los oficiales de la horda que estaban allí presentes, tomaron sus armas y empezaron a buscar por la habitación, habían aprendido a confiar en los instintos de su líder, y no se equivocaban...

-No esperaba menos del gran vidente...- le susurro un suave voz al oído, en orco, pero en aquella voz y con aquel acento sonó como una canción...
-No te alarmes, no soy capaz de nada contra vos y solo quiero haceros una consulta en privado.

-¡Marchaos! gritó el caudillo. Los guerreros le miraron con cara de asombro -pero señor...-Podré valerme con lo que quiera que sea-

Los oficiales empezaron a salir del salón con cierta reticencia.
_muy bien, ahí tienes tu privacidad, a cambio quiero una explicación, no he negado de momento ninguna audiencia a ningún miembro de la horda, aunque sean elfos...-
Una mujer elfa con el pelo negro y enfundada en cuero de pies a cabeza salió de las sombras que había a su espalda.
-Lamento mis modales y mi falta de protocolo, pero hay muchos ojo mirando y he de tratar con vos asuntos importantes...-
Thrall rogó que continuase con un gesto...
_Supongo que conocéis el Ala Roja...- Malditos sean y toda su estirpe- dijo el caudillo -Si tenéis alguna relación con ellos decidme donde puedo encontrarlos para que pued...-
-Soy su líder- Interrumpió la elfa-Saidin Silverwhisp, para servirle-Thrall la miraba asombrado-Tenéis la osadía de...-
-Shhhh, Calma, calma- dijo Silverwhisp llevándose un dedo a los labios.
-Hay muchas cosas que han cambiado en las últimas semanas, he oído que comentabais trágicas nuevas...-
-No son de tu incumbencia- espetó el orco airado...
-¿Y si te digo que yo lo vi todo?, bueno, casi todo, de3sgraciadamente no pude quedarme al final, pero si te puedo decir una cosa... no des por perdidos a todos tus colmillos de Fenris...-
-Tendrás alguna prueba de lo que dices...-
-Tengo varias- la elfa había dejado sobre los mapas un trozo del filo de una espada y un chamuscado tabardo en el que se podía ver la cabeza de un enorme lobo blanco...
-Te escucharé, no puedo prometerte más-
-Es lo mínimo que pido-dijo la elfa sonriendo -el ala roja ha sido siempre un instrumento de Kael Thas, pero algo ha pasado... no se lo que es, lo intuyo, pero no estoy segura 100%, por lo tanto no diré nada aun, la cuestión es que últimamente tengo cierto control sobre mis propios actos, aunque el resto de la compañía no...-
-¿A que te refieres con eso?¿control sobre tus actos?-interrumpió Thrall frunciendo el ceño...
-Por supuesto, no servimos a Kael Thas voluntariamente...-La elfa se bajó la chaquetilla de cuero hasta dejar al descubierto sus hombros, en su hombro izquierdo podía verse una ennegrecida cicatriz que parecía estar gangrenada hace muchísimos años, sin embargo no parecía extenderse y no olía a podrido...
-Dioses, ¿qué es eso?-
-El método de control del príncipe elfo..., Thrall, quiero pediros algo, cierta libertad de acción, quiero la libertad igual que vosotros queréis deshaceros de el que llevó la tragedia a vuestros queridos colmillos de Fenris... Quiero a Kael Thas muerto-
-mmm..., ¿cómo sé que puedo fiarme de ti?-
Silverwhisp se encogió de hombros sin decir nada.
Thrall soltó media sonrisa con gesto pensativo...
Te daré un lugar en Orgrimmar, un lugar secreto para ti y para los que te sean fieles, pero si algún miembro bajo el control total de Kael Thas entra en mi ciudad te mataré a ti y a los tuyos, además la mano agrietada supervisara tus acciones... he oído que tienen a alguien con talento que obedece todo lo que le dicen... será miembro de la compañía...si aceptas mis condiciones, tendrás un hogar seguro en la ciudad...-
-Es un trato- dijo Silverwhisp con gesto de resignación mientras desaparecía en las sombras...

Thrall salió del salón y miró al cielo -vuelven a soplar vientos de guerra- susurró mientras se dibujaba una sonrisa en su cara.

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